jueves, 27 de enero de 2011

modelos pedagogicos

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Utilidad del diseño para la educación presencial y para la Educación a Distancia
Todos los docentes que realizan enseñanza presencial hacen cotidianamente, y de manera mas
o menos consciente, Diseño Pedagógico. O al menos realizan algunas etapas del Diseño
Pedagógico.
Por ejemplo, buscan conocer el perfil de sus estudiantes, formulan objetivos de aprendizaje,
preparan su material pedagógico, ajustan sus planificaciones a medida que se presentan
necesidades emergentes.
Sin embargo, cuando se trata de desarrollar un sistema de aprendizaje con un cierto grado de
complejidad y envergadura (software, sitio web, CD) deben, casi de manera indispensable,
emprender un proceso estructurado de diseño pedagógico. Si este proceso implica producir
cierto volumen de documentación e invertir mucho tiempo y energía en ello, entonces, ¿no será
acaso más fácil fiarse esencialmente de su propia intuición y creatividad, así como de sus
propias experiencias de aprendizaje y enseñanza?
Evidentemente hay mucha intuición y creatividad presentes cuando se concibe un sistema de
aprendizaje (curso, programa o actividad). Pero los investigadores en el dominio del Diseño
Pedagógico creen que el hecho de seguir un método de Diseño Pedagógico tiene un gran valor,
considerando sobre todo las necesidades de formación cada vez más complejas que aparecen
en nuestra sociedad.
Es un hecho, como señalan Lebrun y Berthelot11, la necesidad de modelizar la planificación de la
enseñanza tomando en cuenta muchos factores como los siguientes:
• El aumento de las necesidades de formación.
• La amplitud de los contenidos.
• El aumento exponencial de los conocimientos.
• La búsqueda de eficacia en la transmisión de conocimientos.
• La evolución de los medios tecnológicos de enseñanza.
Ahora bien, esta necesidad de realizar diseño pedagógico es todavía mayor en la Educación a
Distancia. Efectivamente, hablar de enseñar a distancia y de enseñar presencialmente, evoca
dos realidades distintas, aún cuando ambas se apoyan en modelos y prácticas que estudian el
proceso de comunicación entre el que enseña y el que aprende como elementos mayores de la
dinámica pedagógica. Pero en educación presencial, el profesor se transforma en el canal
principal de la enseñanza y en el recurso privilegiado que permite el acceso al “saber”.
La enseñanza a distancia en cambio, es ante todo, una enseñanza mediatizada donde el
profesor y el estudiante están separados en el tiempo y/o en el espacio. Como hemos expuesto
en artículos anteriores, lo esencial de las funciones de enseñanza asumidas en las clases
presenciales por el profesor, en Educación a Distancia es asumida por los medios.
En otros términos, la enseñanza es preparada, la mayoría de las veces por un equipo
pedagógico, bajo la forma de distintos recursos impresos, audiovisuales y/o informáticos. En
concreto, son estos recursos pedagógicos los que median la comunicación con el estudiante y de
éste con el “saber”. El trabajo del profesor se efectúa en las fases anteriores a ofrecer el curso y
11 Lebrun y Berthelot, 1994.

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